Está claro que es posible evitar que el funcionamiento económico desemboque en una crisis. Esto va más allá de regular con propiedad los mercados financieros, lo cual por cierto es necesario realizar. Ocurre que cuando hay fuerzas económicas desatadas que golpean los límites de sustentabilidad del sistema económico, no basta con fortalecer defensas sino que también se impone desactivar esas fuerzas que son sociales y no naturales. Se requiere trabajar un crecimiento orgánico que evite los efectos traumáticos de la desigualdad generada por procesos concentradores. Entre otros factores, habrá que procurar que los ingresos de los consumidores acompañen el crecimiento de la oferta de bienes y servicios. Ello contribuirá a sostener el crecimiento, nunca exento de desajustes y turbulencias propios de sistemas complejos donde interactúan millones de actores. Esas tensiones pueden ser “absorbidas” en el contexto de un crecimiento orgánico; es decir, cuando no se sobrepasan los límites de sustentabilidad.
Pero muchas veces los mercados no logran asegurar un crecimiento orgánico sostenido ya que diversas variables tienden a dispararse por fuera de las proporciones requeridas para un crecimiento relativamente balanceado. Es ahí donde se impone enrumbar el funcionamiento económico asegurándole efectividad y sustentabilidad. Pueden usarse para ello una infinidad de políticas, mecanismos e instrumentos. Esta batería de medidas incluye eliminar la regresividad de los sistemas tributarios y abatir la evasión, aplicar una más justa y efectiva asignación del gasto público, una política monetaria que asegure estabilidad de precios, regule la intermediación financiera y facilite el acceso al crédito, canalizar el ahorro nacional de modo que también posibilite la formación de capital a nivel de la base del aparato productivo, implementar acciones directas de apoyo a los pequeños productores en materia de conocimientos, contactos, acceso a mercados y moderna ingeniería de negocios, promover un trabajo integrador de las empresas líderes de cadenas productivas con proveedores, distribuidores y clientes ejerciendo a plenitud su responsabilidad mesoeconómica.
Roberto Sansón Mizrahi
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