Un país para todos

Medidas reactivadoras para encarar la crisis noviembre 19, 2009

Filed under: Uncategorized — unpaisparatodos @ 4:55 pm

La administración Obama y varios gobiernos europeos vuelcan enormes recursos para reactivar la producción a través de dos principales mecanismos: financiar obra pública y recuperar el flujo crediticio. Con ello ayudan a movilizar el aparato productivo para aminorar la caída y comenzar la recuperación. El consumo interno también se mantiene como motor del crecimiento aunque, por aquel ajuste en la productividad del trabajo y la fuerte contención salarial, a tasas más reducidas.

¿Qué resulta de este tipo de medidas? Como la sabiduría popular afirma, la trampa está siempre en los detalles. En este caso, en determinar qué obra pública se financia porque, si bien cualquier obra pública tiende a reactivar, no todas tienen el mismo impacto en el empleo ni los mismos efectos multiplicadores. Esto dependerá del tipo de obra pública que se financie, la tecnología más o menos intensiva en trabajo que se utilice y quiénes sean en definitiva los contratistas y proveedores que las ejecuten. Cada obra pública satisface diferentes objetivos, sirve a diferentes segmentos poblacionales y promueve diferentes nodos de acumulación (quiénes acumulan y, en consecuencia, tienen mejores condiciones para crecer).

Por su parte, el esfuerzo de recuperar el flujo crediticio abre la oportunidad de alterar en alguna medida su composición (quiénes se benefician con él). Las primeras medidas de emergencia financiera han privilegiado el rescate de grandes corporaciones (siendo General Motors el caso más emblemático); habrá que ver si esta tendencia se mantiene o si, por el contrario, se producirá una recomposición de la oferta crediticia que permita reducir la concentración ofreciendo mayor atención a la pequeña y mediana producción.

Si la obra pública lograse absorber el empleo que deja inactivo la estructura productiva ahora menos intensiva en fuerza de trabajo y si volviese a fluir el crédito en la medida y en la composición requerida por la actividad productiva, entonces en el transcurso de la recuperación se podrán lograr mejores resultados corporativos y un más pleno nivel de ocupación. Si así no curriese, los resultados se tornarían negativos tanto en términos de empleo como de una mayor concentración económica.

Roberto Sansón Mizrahi
© copyright Opinión Sur, 2009
www.opinionsur.org.ar

 

El Hemisferio Sur como locomotora

Filed under: Uncategorized — unpaisparatodos @ 4:53 pm

La crisis está posibilitando ajustes estructurales en casi todos los países centrales. Con algunas variantes, logran incrementar la productividad del trabajo, tanto porque cayó más el empleo que la producción, como porque se redujo considerablemente la presión para lograr aumentos salariales. Las empresas de las economías centrales emergen así con una diferente composición capital-trabajo y un mayor nivel de desempleo.

En cambio, los grandes países emergentes como Brasil, Rusia, India y China, más el sudeste asiático, toman medidas internas mucho más enérgicas para preservar el nivel de ocupación, la masa salarial y su mercado interno. De esa forma encaran eventuales tensiones sociales y posibilitan una más rápida recuperación económica. El crecimiento de su mercado interno implica también la absorción de exportaciones provenientes de los países centrales y, en ese sentido, las economías emergentes facilitarían el ajuste estructural de las economías de Estados Unidos, Europa y Japón. En ellas, la menor intensidad de uso de su fuerza de trabajo podría en algún grado compensarse con un mayor nivel de actividad productiva traccionada por el mayor dinamismo del mundo en desarrollo.

Con el tiempo esta situación podría beneficiar aún más a las economías centrales. Es que, por un lado, al aumentar la productividad del trabajo y contenerse la expansión salarial, aumenta en los países centrales la tasa de ganancia, es decir la productividad del capital. En cambio, por el lado de los países emergentes, al no producirse en esa misma proporción el aumento de la productividad del trabajo (el empleo acompaña mejor el ciclo productivo) ni tampoco la reducción de la presión salarial (sostenida por una menos golpeada dinámica productiva y la más firme defensa del empleo que practican sus gobiernos), el resultado es que poco se altera la productividad del capital. De esta forma, tendería a reducirse la brecha en la productividad del capital entre países centrales y emergentes y, con ello, los eventuales flujos de inversión que se orientan a unos y otros.

Roberto Sansón Mizrahi
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Dignidad frente a la crisis

Filed under: Uncategorized — unpaisparatodos @ 4:50 pm

Los sectores más afectados por las crisis sobreviven como pueden el curso del temporal; se endurecen las circunstancias de escasez y de abandono. Hay quienes sólo ven salidas en el delito y las adicciones pero muchos otros estrechan lazos, refuerzan la solidaridad frente al desasosiego. Se agudiza la creatividad aunque a base de la improvisación, del ensayo y del error. En medio de la precariedad de recursos aflora el talento y la determinación pero, por ausencia de efectivos sistemas de apoyo, cuentan con limitado acceso al conocimiento, a la moderna ingeniería de negocios, a la información oportuna, a contactos facilitadores. Si bien muy meritorios, los logros y los resultados terminan siendo magros.

En una crisis bajan las aguas y puede verse el fondo del río; apreciar quién es quién, dónde hay roca y dónde tan sólo lodo. Emocionan quienes, en ese huracán de temores y de egoísmo, de desconcierto y de aceleración, dan batalla no sólo por el propio ser; personas de diversa extracción y experiencia que luchan por lo suyo y por los demás. Irradian dignidad; movilizan esperanza; dan también la medida de la absurda e inmensa esterilización de esfuerzos que nuestro rumbo y forma de funcionar acarrean.

Frente a la crisis quizás el más urgente e imperioso desafío sea saber erguirse por sobre nuestros desencuentros. Es que necesitamos tomar iniciativa ayudándonos unos a otros, trabajar para lograr convergencias, movilizar y compartir conocimiento, ajustar el rumbo, organizar la acción, mejorar la forma de funcionar. Son diversos los frentes y bien difíciles de encarar estando desunidos.

La realidad es como es y no debiera amedrentarnos; hay mucho por conocer y por reconocer. Mantenemos en un penoso segundo plano valiosos activos intangibles, como son nuestra capacidad de tomar iniciativa, de organizar nuevas instituciones, de generar sinergías, de sumar esfuerzos en lugar de restarlos. De ahí emana una tremenda energía que poco utilizamos. Para desplegarla toca reflexionar, agruparnos organizadamente, ejercer con propiedad nuestro libre albedrío alejándonos por igual de un determinismo paralizante como del riesgoso voluntarismo.

Roberto Sansón Mizrahi
© copyright Opinión Sur, 2009
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