Diversas crisis ocurridas en países del Hemisferio Sur precedieron a la gran crisis global contemporánea; fueron advertencias sobre desenfrenos1que se producían en ciertos países no centrales del sistema internacional. Cada una de ellas fue tratada como un problema propio del país específico cuyas raíces o causas recaían fundamentalmente en una mala gestión interna. El contexto internacional era considerado como un parámetro que tan sólo condicionaba la marcha interna. Tratándose de países que poco influían el funcionamiento de la economía global, la doble afirmación de responsabilidad interna y condicionamiento externo tenía una cierta, si bien sesgada, lógica; más aún cuando, en efecto, hubieron serios desenfrenos en el funcionamiento de varias de las economías no centrales. Esos desenfrenos se expresaban en un sistema político de pobre credibilidad, en luchas por apropiarse del Estado para favorecer intereses sectoriales, en extendida corrupción, en un mal manejo de las finanzas, del gasto público, de los precios internos, del tipo de cambio, de la política de inversión y de comercio exterior, así como de la mayor parte de las variables sociales y ambientales.
Tan grande resultó el desenfreno interno en estos países que pocos prestaron atención a los sobre condicionamientos externos: un rumbo y una forma de funcionamiento global que estructuralmente privilegiaba a los países centrales y castigaba duramente a los eslabones más débiles del sistema económico internacional. Su rasgo principal fue un crecimiento que tendió a concentrar riqueza, conocimiento e información, generando un muy serio deterioro ambiental y profundas desigualdades a nivel internacional y, como correlato, al interior de casi todos los países.
Pareciera que el desenfreno se hubiera globalizado pero es posible que siempre hubiese estado presente en el mundo sólo que ahora, con la acumulación de cada vez más audaces desenfrenos en las economías centrales y una mayor integración de los mercados, se hubiese agigantado la capacidad y velocidad de esos comportamientos para impactar el funcionamiento sistémico internacional.
1 Desenfreno: entregarse desordenadamente a los vicios y maldades. Diccionario de la Real Academia Española.
Roberto Sansón Mizrahi
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