Un país para todos

Sesgo mediático y gobierno en una democracia octubre 24, 2011

Filed under: Uncategorized — unpaisparatodos @ 3:59 pm

Es indudable la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre la opinión pública; día tras día deciden lo que es importante mirar, conocer, encarar, ignorar. De ahí que diversos grupos busquen disponer de canales mediáticos afines para hacer valer sus perspectivas, posiciones, intereses.

De existir diversidad de medios con similar alcance desaparecería el sesgo mediático porque un rango mayor de opiniones y perspectivas podrían expresarse enriqueciendo el diálogo democrático. Sin embargo, quienes disponen de mayores recursos suelen tomar control de importantes medios. Este es un hecho que ocurre en muchos países donde se establecen oligopolios mediáticos que inciden desproporcionadamente sobre la opinión pública y la agenda política y económica.

A su vez, los gobiernos utilizan en provecho de las causas que representan los recursos públicos administrados. Un caso extremo es el de dictaduras que se sirven de los medios para desinformar y manipular a la opinión pública. Por su parte es igualmente cierto que en democracia cada partido político procura sacar provecho de su paso por la función pública. En ocasiones, un mismo partido que tiene responsabilidades de gobierno local y utiliza discrecionalmente los recursos públicos de que dispone, critica a su opositor que gobierna a nivel nacional por practicar la misma política que utiliza a nivel local. Luego, la situación política cambia y las acusaciones se invierten.

Una situación delicada y compleja se presenta cuando grandes oligopolios mediáticos controlan la información y la investigación periodística. Como sólo los gobiernos están en condiciones de enfrentarlos, la confrontación entre ambas fuerzas hace que al sesgo mediático se le oponga el sesgo gubernamental. Mientras perdure esa polarización será difícil transformar un sesgo independientemente del otro. La respuesta más constructiva pasa por la democratización de acceso y de contenidos, asegurando que todo el espectro de opiniones e intereses pueda expresarse en igualdad de condiciones; tal vez entonces podrían desmontarse en simultáneo tanto el sesgo mediático como el gubernamental.

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Roberto Sansón Mizrahi
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El poder financiero en una democracia octubre 19, 2011

Filed under: Uncategorized — unpaisparatodos @ 2:44 pm

El proceso de concentración que prevalece en el mundo implica que el poder económico no se distribuye igualitariamente con el agravante que la concentración se acelera y que es el sector financiero, la intermediación financiera, quien concentra cada vez mayor poder en relación a los actores de la economía real. Quien, con limitaciones, puede erguirse para cambiar esa tendencia y transformar el rumbo sistémico, es el Estado cuyo accionar es conducido por gobiernos surgidos del funcionamiento de una democracia representativa. Nos hemos adherido a un sistema de gobierno basado en la democracia representativa pero el mayor poder para incidir en las decisiones gubernamentales son sectores cada vez más concentrados del mundo financiero que, bajo su supremacía, logran alistar a otros grupos afines que lucran sirviendo, directa o indirectamente, a sus intereses.

Se impone aclarar dos críticas cuestiones. Aun con todas sus imperfecciones, hasta hoy no hemos encontrado un mejor sistema de gobierno que la democracia representativa. Esto no significa condonar aquello que desvirtúa la representatividad democrática sino, por el contrario, llama a involucrarnos para levantar las trampas que impiden construir trayectorias de desarrollo justo y sustentable.

La otra aclaración hace a un error que frecuentemente cometemos: el sistema financiero no es un universo homogéneo sino que comprende a una diversidad de actores, algunos muy necesarios para poder financiar las actividades de la economía real y otros, en cambio, dedicados a una cruenta especulación financiera: actúan como buitres lucrando con las dificultades de los demás. Si bien disponen de cuantiosas sumas y se desplazan velozmente de un mercado a otro, los especuladores constituyen una minoría que no puede defender sus intereses a campo abierto: para incidir sobre las políticas públicas necesita camuflarse en alianzas con otros actores. Algunos aliados son cómplices de la especulación pero otros terminan sumándose alienados por antagonismos que no los diferencian de los propios grandes especuladores.

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Roberto Sansón Mizrahi
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Representatividad cuestionada en el mundo octubre 13, 2011

Filed under: Uncategorized — unpaisparatodos @ 5:06 pm

En una democracia representativa quienes gobiernan lo hacen en nombre y a cuenta de los intereses, las necesidades y las emociones de quienes los eligen. Sin embargo, uno de los más críticos y frecuentes desafíos que enfrentan las democracias contemporáneas es que los representantes terminan no representando apropiadamente a sus electores: no se respeta el rumbo y las prioridades escogidas por los representados, comprometiendo con ese desvío del mandato solicitado el sustento político de los gobiernos. Esta brecha de representatividad puede tener varias explicaciones.

La más benévola es que ciertos gobiernos no saben comunicarse adecuadamente con su base poblacional, lo que hace que sectores que están siendo servidos y tenidos en cuenta al tomar las decisiones estratégicas no perciban esa afinidad en el plano de los hechos. Si este fuera el caso, las soluciones serían relativamente sencillas y pasarían por mejorar canales y contenidos comunicacionales. Lamentablemente hay muchos casos donde no es ese el problema sino que los representantes lisa y llanamente no nos representan. Peor aun, en varios casos de representatividad cuestionada se utiliza la comunicación y la publicidad para procurar que los representados perciban lo menos posible que no se gobierna defendiendo sus intereses, necesidades y emociones.

Puede decirse que la forma como se percibe la calidad representativa está mediatizada por una suerte de velo comunicacional: en ocasiones ese velo impide reconocer una plena y auténtica representatividad de quienes nos representan y, en otras, posibilita que quienes terminan no representándonos nos hagan creer que sí lo están haciendo. Está claro que entre esos extremos –plena y ninguna representatividad- existe toda una gama de grados de representatividad que es lo que ocurre con mayor frecuencia.

Se supone que en una democracia los distintos intereses son considerados sin otorgarles privilegios ni prebendas, pero quienes disponen de mayor poder imponen sus intereses por sobre los de los demás. Es que existen trampas en las democracias representativas que son muy difíciles de encarar.

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Roberto Sansón Mizrahi
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El difícil arte de comprender octubre 3, 2011

Filed under: Uncategorized — unpaisparatodos @ 10:36 pm

Tanto en situaciones de crisis como de turbulencias resulta crítico comprender lo que sucede. No sólo constatar lo evidente, los efectos de lo que sucede, sino identificar los procesos subyacentes que generan las dificultades; esto es, qué fuerzas actúan, cómo se relacionan y entrelazan, cual es la dinámica resultante, qué puntos de intervención existen, cuál la viabilidad, las implicaciones y las consecuencias de cada tipo de intervención.

Comprender es un proceso complejo por que se sustenta en una diversidad de factores. Por de pronto, la información acerca de lo que sucede es siempre parcial, incompleta y, por tanto, imperfecta. De todos modos, aun con esas limitaciones y restricciones necesitamos procurar comprender lo que sucede.

Adicionalmente, para interpretar lo que sucede se acude a diversas combinaciones de conceptos, teorías, valores, ideologías, referencias de “especialistas” y experiencias que cada uno lleva consigo. Esto se traduce en que, frente a una misma realidad, coexistan diferentes perspectivas e interpretaciones de lo que sucede y por qué sucede.

Para agregar otro nivel de complejidad, la forma como cada quien visualiza, procura comprender y encara la realidad viene sustentada y, al mismo tiempo, “teñida” por sus intereses, necesidades y emociones. Es una forma de describir y admitir que siempre se desliza un sesgo subjetivo, inevitable deformación de nuestra visión, que compromete nuestra capacidad de comprender plenamente los procesos que conforman una realidad.

La filosofía, la psicología y otros ámbitos del conocimiento han reflexionado y debatido desde antaño sobre límites y relaciones entre lo objetivo y lo subjetivo, acerca de verdades absolutas y relativas. El análisis económico y político está lejos de poder evadirse de estos condicionantes lo que obliga a estar atentos a las imperfecciones que cargamos en nuestra capacidad de comprender y en las formas que utilizamos para transformar lo que sucede. Para colmo, la linealidad que pareciera emerger de la secuencia “preocuparse, comprender, transformar” no se da en la realidad por lo que, aunque pueda ayudar en ciertas fases y aspectos, resulta en definitiva difícil y hasta inconveniente de sostener a ultranza.

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Roberto Sansón Mizrahi
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