El neoliberalismo suele terminar su hegemonía generando encerronas económicas que castigan duramente a los sectores populares y provocan situaciones altamente inestables. Cuando el desenlace deviene crisis, quienes toman el timón con la “papa caliente en sus manos” deben maniobrar en la turbulencia que les dejaron. En ese contexto toca reaccionar sin dejarse atrapar por las presiones y consignas de los mismos grupos que generaron la catástrofe. Aducirán urgencia para responder a la crisis de modo de poder contrabandear la defensa de sus intereses y privilegios. Si no estamos alertas y preparados para enfrentar esas presiones, desaprovecharemos la mejor oportunidad para imponer transformaciones de fondo sobre caliente. Dos ejemplos para ilustrar el caso.
Lo primero que aducirán quienes desencadenaron la crisis es salvar a las entidades financieras. Salvarlas para restaurar el papel que jugaron no tiene sentido, en cambio sí lo tiene salvar al sistema financiero transformando a fondo su estructura y funcionamiento.
Comentarios recientes